No es ninguna novedad si te hablamos sobre la importancia de mantener una buena higiene bucodental. Cepillarse los dientes tres veces al día o tras cada comida, utilizar colutorio, hilo dental o los cepillos interdentales para una limpieza más profunda son hábitos que, quien más y quien menos, todos tenemos integrados. Ahora bien, ¿se puede ir más allá para completar nuestra higiene bucodental? Se puede, y una muestra es el irrigador dental, un sistema que cada vez más personas utilizan. Te contamos qué es este producto, para qué sirve y en qué casos está indicado.
Según la última Encuesta Nacional de Salud de España (ENSE) de 2017, los españoles nos cepillamos los dientes dos veces al día (43,3%) o tres o más (29,6%). Con estos datos, no hay dudas: la higiene bucodental es un hábito saludable cada vez más integrado en nuestro día a día, tanto en adultos como en niños. Un hábito que todavía se refuerza más gracias al uso cada vez más frecuente del irrigador dental. ¿Has oído hablar de él? Te lo contamos todo sobre este dispositivo.
Qué es el irrigador dental
Un irrigador dental es un dispositivo que expulsa un chorro de agua a presión sobre los dientes y encías y que sirve para eliminar los posibles restos de comida y placa bacteriana que se alojan en zonas donde el cepillo normal no llega. En algunos casos, además, se le añade al agua algún tipo de agente antiséptico para reforzar todavía más el efecto antimicrobiano.
En definitiva, se trata de una herramienta que permite profundizar de manera delicada y efectiva en tu limpieza bucodental diaria. Eso sí, es importante utilizarlo como complemento y en ningún caso como sustituto del cepillado de dientes, del hilo o de los cepillos interdentales. Este sistema de irrigación oral es muy similar al que se utiliza en clínica pero con un mecanismo más básico, pensado para darle un uso doméstico.
Además, hoy en día podemos encontrar en el mercado diferentes tipos de irrigadores dentales, desde los más sofisticados y que cuentan con una tecnología de vanguardia hasta otros mucho más sencillos, con un sistema de funcionamiento más básico y pensado para cumplir la función única de irrigación. ¿La diferencia entre unos y otros? Además del precio y las prestaciones, también podemos encontrar este aparato con distintos cabezales para que puedas escoger el que se adapte más a tus necesidades.
Sin embargo, aunque existan diferentes modelos de irrigadores dentales, todos tienen algo en común: el depósito de agua (mayor o menor) que te permitirá usarlo con eficacia. Además, casi todos ya permiten regular la presión del agua, por lo que sea cual sea tu elección, podrás usarlo siempre de forma efectiva ajustando el nivel de presión.
Beneficios del uso del irrigador dental
¿Es bueno usar irrigador dental? Como hemos visto, el uso de este dispositivo constituye un buen complemento a la hora de lograr una sonrisa bonita, sana y cuidada. Nuestros odontólogos recomiendan su uso, siempre y cuando se complemente con una higiene bucal completa, se realicen revisiones periódicas en clínica, y por supuesto, no exista ninguna contraindicación, en cuyo caso será algo que se indique de forma personalizada. Pero en términos generales, el irrigador dental tiene muchos beneficios:
- Permite profundizar de manera delicada y efectiva en tu limpieza bucodental diaria.
- Ayuda a eliminar los posibles restos de comida y placa bacteriana que se alojan en zonas donde el cepillo normal no llega.
- Además, gracias al irrigador dental se consigue reducir de forma indolora y segura el sangrado y algunas afecciones que afectan normalmente a las encías, como puede ser la gingivitis o periodontitis.
- Limpiar nuestros dientes con este dispositivo también es una forma delicada de limpiar coronas dentales, ortodoncias, puentes e implantes dentales.
- Como resultado de esta limpieza extra se consigue, no solo mejorar el aspecto estético de nuestra sonrisa, sino prevenir la aparición de posibles enfermedades causadas por una acumulación de bacterias o por una limpieza incompleta, como la caries o las patologías periodontales.
- Además, su uso resulta muy agradable gracias a la sensación de frescor y limpieza que deja en toda la cavidad bucal; ¡está comprobado que una vez el paciente se haya acostumbrado a él, no quiera dejar de usarlo!
Cuándo es recomendable usar un irrigador bucal
Mientras un odontólogo profesional indique lo contrario, de forma genérica no existen casos en que se desaconseje el uso de un irrigador dental. Todas las personas pueden utilizarlo para facilitar la higiene de zonas bucales que con el resto de métodos no quedan por completo limpias y para aprovecharse de todos los beneficios que acabamos de mencionar.
Ahora, ¿hay casos en que el uso diario de un irrigador dental está especialmente indicado? Sí, y es que hay pacientes que debido a diferentes causas, son más propensos a sufrir determinadas patologías orales y que, por tanto, deben mantener una higiene bucodental mucho más precisa y exhaustiva. Entre ellos se encuentran:
- Pacientes de alto riesgo de caries, gingivitis o enfermedad periodontal.
- Adultos mayores en los que la higiene no es del todo adecuada.
- Pacientes con dependencia o discapacidades que requieran de ayuda para su higiene bucodental diaria.
- Personas que se hayan sometido a tratamientos dentales complejos (coronas, implantes) para mejorar su mantenimiento y limpieza.
- Personas con sensibilidad dental: en estos casos, puede que el uso del hilo dental o los cepillos interdentales sean molestos y dolorosos. Para ellos, el irrigador es una solución ideal ya que consigue una limpieza óptima de forma delicada y suave.
- Pacientes con tratamiento de ortodoncia, debido a las dificultades que presenta su higiene diaria por los brackets y alambres. El irrigador les ayuda a profundizar en la limpieza en aquellos recovecos donde no llega el cepillo dental.
Cómo usar el irrigador dental
Un irrigador bucal es muy sencillo de usar. Se puede alicar antes del cepillado y el hilo dental, ayudando así a desprender los restos de comida, lo que facilita su posterior retirada con el hilo dental. Si se utiliza después, este puede retirar los restos de comida acumulados en las zonas más difíciles.
Si te has decidido a utilizarlo en tu día a día, nuestros expertos te recomiendan seguir la línea de la encía, pasando por todos los dientes y dirigiendo el chorro de agua hacia la línea que dibuja la encía con el diente y entre todos los espacios interdentales. Se debe disparar el chorro durante dos segundos sobre cada diente y repetir el proceso hasta recorrer toda la boca.
En Clínica Dental Horta Nord, liderada por el doctor Miguel Ángel Santamaría, contamos con un equipo de higienistas dentales que te indicará cómo usar tu irrigador dental y te realizarán aquellos tratamientos que garanticen el mejor cuidado de tu salud bucodental. No solo se trata de cuidar la estética, sino de prevenir la aparición de otras enfermedades. De ahí la importancia de las limpiezas bucales periódicas y de llevar un seguimiento personalizado por parte de tu odontólogo. ¡Recuerda, además, que tu primera visita es gratuita!